Érase una vez en la galaxia, que Marte se iba a estrellar con Pontilú, un planeta que casi nadie conocía excepto un científico que estaba loco. Un día llegó a aquel planeta y encontró dos extraterrestres azules, con cuatro ojos y cinco piernas. Ellos estaban muy solos y querían asistir a un baile con dos hermosas marcianitas, pero sabían que Pontilu estaba aislado; entonces, decidieron que deberían ser los ayudantes del Científico. El científico era bajito, regordete, listo..., pero sobre todo, estaba loco. El día en que Marte se salió de su órbita, Científico estaba muy asustado. Michín y Michán le ayudaron a calmarse y entre todos hicieron una poción mágica. Científico se tomó la poción y se convirtió en un superhéroe al que llamaron Superloco. Entre los tres habían inventado un pegamento al que llamaron Superpegalotodo que, como su nombre indica, lo pegaba todo. Superloco, con su fuerza, logró llevar a Marte hasta su órbita y con el superpegamento lo dejó allí pegado. Michín y Michán encontraron unas parejas con las que acudir al baile en honor a Superloco.
Y así lograron que todo volviera a la normalidad y que todo el mundo conociera a este planeta tan extraño y bonito, llamado Pontilú. A Científico lo nombraron Rey de aquel planeta con miles y miles de Pontilunenses. Y allí vivió feliz el resto de sus días.
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