Siempre que puedo voy a ver a mi caballo Soberano. Su cola es tan larga que le roza las herraduras. Su pelo es suave y de color blanco con alguna que otra manchita marrón. Sus orejas son largas y puntiagudas. Sus ojos son negros como el azabache. Su hocico es gris y tiene unos dientes grandes y blancos. Sus patas son fuertes y ágiles. Es de carácter noble y cariñoso, y siempre que voy a verlo se pone muy contento. Corre como el viento, le encanta que yo lo monte; cada vez que lo hago se pone muy alegre.
Me encanta jugar un rato con mi caballo, porque me lo paso bien y él se pone muy contento.
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